lunes, 5 de marzo de 2012

El arbitraje español

Soy de la opinión de que cuando los árbitros señalan o dejan de señalar una infracción en un partido de fútbol no lo hacen a conciencia. No creo en esa supuesta mala leche de los colegiados cuya función es impartir justicia durante el encuentro y que el mismo transcurra de la forma más limpia posible. Como repiten hasta la saciedad entrenadores, futbolistas, directivos y periodistas, los árbitros son humanos y, como cualquiera de nosotros, se puede equivocar.

Ahora bien, no voy a negar que en caso de duda siempre sale favorecido el equipo más influyente. Es evidente, y algo también repetido por entrenadores, futbolistas, directivos y periodistas, que Real Madrid y Barcelona serán los beneficiados en circunstancias que requieren de una decisión rápida. Como no puede ser de otra forma, cada año uno será más perjudicado que el otro, como el Barcelona este año en beneficio del Real Madrid.

En otro estamento, de la misma manera que ocurre con los derechos televisivos, patrocinadores, ventas, marketing, número de aficionados y espectadores, están los dieciocho equipos restantes que conforman el campeonato nacional de Liga. Madrid y Barça son los más atrayentes, sí; pero que a nadie se le olvide que el resto de clubes que están por debajo en la clasificación son tan importantes como estos dos gigantes mundiales, pues sin ellos no existiría la competición.

Lamentablemente, este año más que ningún otro estamos presenciando un nivel muy bajo en el arbitraje español. En parte es beneficioso para los dieciocho equipos "normales" de la Liga que uno de los dos grandes se sienta perjudicado temporalmente. Que no se malinterpreten mis palabras: el 70% del tiempo de deportes de informativos y programas se dedica al Real Madrid y al Barcelona. Si uno de los dos denuncia la baja calidad del arbitraje español, creo que todos salimos beneficiados.

Sin embargo, hay veces que los aficionados, en lugar de facilitar las cosas o al menos dejarlas tal y como están, nos gusta complicarlas aún más. Sin ir más lejos, me remito al partido disputado en el Ramón Sánchez Pizjuán el pasado sábado entre el Sevilla y el Atlético de Madrid y que terminó con empate a uno. En mi opinión, el arbitraje de Álvarez Izquierdo fue muy deficiente, siendo el Sevilla perjudicado en más ocasiones que los colchoneros: no señaló tres o cuatro manos de los rojiblancos (no tantas como se dice, pues he llegado a leer ocho o nueve) y mostró el mismo número de tarjetas a ambos equipos, aún cuando los visitantes casi duplicaron en faltas a los sevillistas. Arbitraje deficiente, pero NO decisivo. Sí que habría influido notablemente en el resultado si el colegiado hubiese errado al anular el gol de Manu del Moral en los últimos minutos por fuera de juego. No obstante, la repetición deja claro que acertó.

Pero como digo, a los aficionados nos gusta complicar más aún las cosas. Si de por sí debe ser difícil arbitrar un encuentro de fútbol profesional, cuando nos volvemos injustos la dificultad aumenta. He llegado a leer, y aún estoy alucinando por ello, que "sí es fuera de juego, pero se equivoca al anular el gol porque la posición antirreglamentaria existe por muy poco, y en caso de duda no se debe señalar" (vuelve a leerlo si has flipado; tal vez tengas que hacerlo varias veces).
Es cierto, en caso de duda no se debe señalar nada y el juego debe seguir. Sin embargo, si el linier levantó la bandera y acertó al hacerlo, tal vez no tendría muchas dudas. ¿O además de árbitros, periodistas, jueces de aficionados y en algunos casos "perdonavidas", también vamos a ejercer de medium que decidan si ese juez de línea tenía o no dudas?
Intentar transformar un acierto en un error es para hacérselo mirar.

Creo que es una falta de criterio absoluta pedir continuamente justicia y equidad en los arbitrajes para todos los equipos de le competición ya que siempre salen beneficiados los dos grandes, y en cambio luego nos pasamos la justicia que tanto deseamos por donde está la cremallera, y lo que queremos es transformar un acierto en un error para que nuestro equipo gane un partido. Eso no es amor a unos colores ni esas cosas recurribles cuando no sabemos qué decir en una discusión: es respetar las normas del juego que presenciamos cada fin de semana.

Además, también resulta contradictorio afirmar que el gol del Sevilla debió subir al marcador porque Del Moral estaba en posición antirreglamentaria por muy poco y en caso de duda hay que dejar seguir, y en cambio gritar a los cuatro vientos que el famoso gol fantasma que no se dio por válido en la portería de Gol Sur en aquella famosa eliminatoria copera frente al Real Madrid tendrían que haberlo concedido. Aún viéndolo en televisión no queda claro si entra por completo, y si a día de hoy afirmas que en caso de duda no se señala nada... ¿no estás siendo injusto?

Esto es lo que pienso. Los árbitros, este año más que nunca, están mostrando un nivel preocupante. Pero los aficionados tampoco hacemos nada por ayudar. Por opinar de esta forma ayer me acusaron, literalmente, de "no pensar así en realidad y tapar la verdad para así allanarme el terreno y que un medio me contrate en un futuro" (vuelve a leer esto también varias veces). Es decir, intentaban decirme cómo tengo que pensar. Desde mi metafórica crucifixión por fusionar a Dabo y Bernardo en "Dabernardo" no había visto nada igual. Además, creo que esto lo supera.

Libertad de pensa... ¿qué?


Definición de "Farsante"

Creo que el video explica el título de la entrada perfectamente. Hay que ser hijo de puta, con todas las letras, para aprovecharse de la gente necesitada que llama a este tipo de programas totalmente desesperada por sus problemas. Atención especial a cómo se pone el colega cuando "corta lo malo" y pone la mano encima de la tijera...

Con todos vosotros, el Maestro Joao: